“Lo que se les da a los niños ahora, los niños darán a la sociedad”. —Karl Menninger—
Según un reciente análisis realizado por UNICEF sobre datos oficiales de 17 países de la región de América Latina y el Caribe, las niñas y niños expuestos a castigo físico severo tienen 2,4 veces menos probabilidades de tener un desarrollo adecuado en sus primeros años de vida, mientras que la exposición a este tipo de disciplina aumenta 1,6 veces el riesgo de que una niña o un niño muestre comportamientos agresivos hacia otros infantes o adultos.
En la última década, mucho se ha hablado de las distintas formas de educar a nuestros hijos. Así mismo, mucho se ha escuchado de la famosa “disciplina positiva”, pero ¿en qué consiste?
La Dra. Joan E. Durrant (2013), autora del libro “Disciplina Positiva, la Crianza Cotidiana” y docente de la Universidad de Manitoba en la Facultad de Ecología Humana, nos plantea:
¿Qué NO es la disciplina positiva?
Ser permisivos
Un castigo alternativo a dar unas palmadas o golpear
No tener reglas o límites
Dejar que su niño haga lo que él desea
¿Qué SÍ es la disciplina positiva?
Encontrar soluciones.
Desarrollar con los niños la autodisciplina.
Comunicar a sus hijos con claridad las reglas y límites.
Construir una relación mutuamente respetuosa con ellos.
Enseñarles habilidades sociales que les serán útiles para toda la vida.
Enseñarles cortesía, empatía, amor propio y respeto a los otros.
La disciplina positiva no significa la ausencia de esta y mucho menos estamos hablando del tipo de disciplina basada en el castigo. La crianza de un niño es uno de los más grandes retos que se nos presentan como padres; iniciando todos de la misma forma, sin saber a dónde queremos llegar.
Se habla mucho acerca de la disciplina positiva, tanto es así que los padres que desconocen del tema se han creado una idea errónea de en qué consiste realmente esta metodología de crianza. Es así que existen reglas básicas.
¿Cuáles son las reglas básicas de la disciplina positiva?
• Comunicación eficaz: Nos ayuda a conectar con nuestros hijos mediante el diálogo y así resolver problemas fomentando el sentido de comunidad y pertenencia a la familia.
• Escucha activa: Escuchar nos ayuda a entender las acciones de nuestros hijos. Por mucho enojo que un mal comportamiento nos provoque, es necesario escuchar para comprender el porqué y corregir.
• Respeto mutuo: Como padres debemos enseñarles a nuestros hijos acerca del respeto hacia los demás y de la misma manera enseñarles lo que es el respeto hacia ellos, no sólo con palabras sino con acciones.
• Disciplina NO punitiva: Una disciplina que enseñe no necesariamente tiene que basarse en castigos y golpes. Este tipo de disciplina tiene por objetivo enfocarse en soluciones.
¿Cuáles podrían ser herramientas útiles en la disciplina positiva?
• Reuniones familiares: Estas permiten que la comunicación sea orientada a favorecer la resolución de conflictos y una sensación de pertenencia al grupo.
• Tiempo fuera positivo: Consiste en darnos el tiempo junto con los niños para alejarnos de la situación que ha provocado el malestar, con el fin de relajarnos y facilitar luego el diálogo y búsqueda de una solución en conjunto. La idea es crear un rincón amable que calme y relaje.
• Ganarse a los niños vs. ganarles a los niños: Es necesario ganarse la cooperación de los niños mediante el respeto mutuo y la empatía, entendiendo la percepción del infante (pero esto no significa que esté de acuerdo con todo).
• Los errores son oportunidades de aprendizaje: Hay que aprender a reemplazar las creencias negativas que existen acerca de los errores, darles valor y utilizarlos como una oportunidad para la reflexión y el aprendizaje.
Uno de los regalos más importantes que se le puede dar a nuestra familia es la oportunidad de aprender sobre el trato a sí mismo y a los demás utilizando como base la dignidad y el respeto, siendo así que la disciplina positiva puede lograr que los miembros de una familia se sientan empoderados para ser la mejor versión de sí mismos.
No todos los métodos de crianza sirven para todos los padres, sin embargo, les invitamos a hacer una pequeña reflexión acerca de lo que les enseñamos a nuestros hijos cuando usamos el castigo como método para disciplinarlos. ¿Aprenden que algo no está bien o dejan de hacerlo por miedo?
Capano, Á., & Ubach, A. (2013). Estilos Parentales, Parentalidad Positiva y Formación de Padres. Ciencias Psicológicas, 83-95.
Durrant, J. (2013). Disciplina Positiva en la Crianza Cotidiana. Suecia: Save the Children.
UNICEF. (15 de mayo de 2018). Poner fin al castigo corporal. Obtenido de UNICEF: https://www.unicef.org/ lac/historias/poner-fin-al-castigo-corporal