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¿Por qué juegan los niños? El desarrollo de los niños a través del juego

“Todos los aprendizajes más importantes de la vida se hacen jugando” -Francesco Tonucci-

Diferentes estudios han demostrado que el juego infantil adquiere una particular trascendencia en la formación del carácter y los hábitos del niño, lo que lo convierte en una actividad necesaria para los seres humanos, teniendo suma importancia en la esfera social, puesto que permite ensayar ciertas conductas sociales.

A su vez, el juego permite ensayar ciertas conductas sociales; siendo estas herramientas útiles para adquirir y desarrollar capacidades intelectuales, motoras o afectivas. Esta es una actividad que debe realizarse sin que el niño la sienta como una obligación, con el tiempo y el espacio que sean necesarios. El juego infantil es una necesidad básica para un buen desarrollo de la inteligencia y también el correcto desarrollo físico y emocional del niño.

¿Cuáles son las características del juego?



• Es la actividad propia de la infancia.

• La finalidad del juego es intrínseca.

• Es espontáneo, no requiere motivación ni preparación.

• Es motivador en sí mismo, cualquier actividad convertida en juego es atractiva para el niño.

• Se elige libremente; los niños y niñas no se sienten obligados a jugar, pues si esto fuera así, dejarían de hacerlo. Se trata de una actividad espontánea, no condicionada por refuerzos o acontecimientos externos.

• En su desarrollo, hay un desenvolvimiento de todas las capacidades físicas y psíquicas. El adulto puede obtener información de la evolución de niños y niñas observando cómo juegan.

• Es un recurso educativo que favorece el aprendizaje en sus múltiples facetas.

            

El juego y el desarrollo

El juego tiene dos componentes, uno de entretenimiento y el otro educativo. Cuando los niños juegan se divierten y también se educan, aunque el niño no tenga noción de dichos componentes, es el adulto quien programa todas las actividades lúdicas. A través del juego el niño empieza a tomar conciencia de su cuerpo, aprende lo que puede hacer con él, conoce sus propias cualidades y desarrolla sus sentidos, además de explorar el mundo que le rodea.

• Desarrollo afectivo y social: En el juego, el niño aprende a controlar sus emociones, canalizándolas a través de las actividades lúdicas, educiendo su tensión. Aquí también aprende a compartir con otros niños y a respetar los turnos.
* Dejar palabras por fuera de las oraciones al hablar.
* Usar ciertas frases una y otra vez, y repetir partes o todas las preguntas.
* Emplear tiempos (pasado, presente, futuro) inadecuadamente.
Debido a sus problemas del lenguaje, estos niños pueden tener dificultad en ambientes sociales. A veces, los trastornos del lenguaje pueden ser parte de la causa de problemas conductuales serios.

* Desarrollo cognitivo:: En la relación con la dimensión cognitiva, el juego permite conocer e ir adquiriendo las estructuras cognitivas básicas. A través del juego simbólico se pone en funcionamiento la capacidad de representación y se desarrolla el pensamiento. El juego contribuye a la formación del lenguaje y favorece la comunicación.

• Desarrollo motor: A través del juego se va desarrollando la sincronización de movimientos, la coordinación viso-motora o el tono muscular, tanto grueso como fino.

El papel del adulto en el juego

Nuestro papel como adultos en el juego infantil es cuidar y acompañar, además de jugar, recordando los niños que un día fuimos. Asimismo, ayudarles si lo necesitan y dejarles espacio para experimentar y sentir, mucho más que el de dirigir.

Fomentar el juego de los niños no significa necesariamente dirigirlo. Bruner explica que la intervención de los adultos debe consistir en facilitar las condiciones que permitan el juego, no en dirigir ni imponer. El adulto es mediador y modelo para el niño, por lo que debemos tener en cuenta que el protagonista es el infante.

Bibliografía

COO Enseñanza. (Noviembre de 2011). El juego en la etapa Infantil. Obtenido de COO Enseñanza: https:// www.feandalucia.ccoo.es/docu/p5sd8764.pdf
Juul, J. (2004). Su hijo, una persona competente. Barcelona: Heder.
L’Ecuyer, C. (2014). Educar en el asombro. Barcelona: Plataforma.
O’Connor, K., Schaefer, C., & Braverman, L. (2017). Manual de terapia de juego. Ciudad de México: Manual Moderno.